Deberíamos empezar a valorarnos un poquito más. A ser mucho más independientes y sobre todo conscientes de hasta qué punto hacen con nosotras lo que les da la gana. Eso de que son todos iguales… Igual es cierto que no es así la cosa, pero que siguen las mismas reglas en esta batalla pérdida del amor, sí. La culpa es nuestra por dejarles entrar de un modo tan incondicional en nuestras vidas. Por no poner barreras y aprender a separar las cosas. Nos montamos nuestros cuentos de princesas que solo existen en las películas y cuando nos damos cuenta de que las cosas no son como las imaginábamos les excusamos con un “ya cambiará”, manteniendo esas tristes esperanzas. Pero la culpa de todo esto no la tienen ellos, las tenemos nosotras por no saber decir que no, “no vaya a ser que se enfade y le pierda” y les pasamos una tras otra… ¿Cuándo aprenderemos que no somos sólo las muñequitas que quieren que seamos, sino que somos personas, mucho mas ingenuas y sumisas, pero al fin y al cabo con los mismos sentimientos que ellos?
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