No nos
damos cuenta de que hay cosas pequeñas, que son realmente valiosas. Y no nos
damos cuenta de todo lo feliz que nos pueden hacer, al igual que los pequeños
detalles, que muchas veces se valoran como si fueran mundos. Por ejemplo, algo
tan simple y a la vez tan complejo como una flor, cada uno de sus pétalos, su
tallo, su savia... No sabemos valorar lo pequeño, siempre andamos buscando lo
grande, pues pensamos que hayando lo grande hayaremos lo mejor, pero eso no es
cierto. Mucha gente se pierde las pequeñas alegrías, mientras buscan la gran
felicidad, y el caso, es que no siempre se encuentra...
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