sábado, 5 de marzo de 2011

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No nos damos cuenta de que hay cosas pequeñas, que son realmente valiosas. Y no nos damos cuenta de todo lo feliz que nos pueden hacer, al igual que los pequeños detalles, que muchas veces se valoran como si fueran mundos. Por ejemplo, algo tan simple y a la vez tan complejo como una flor, cada uno de sus pétalos, su tallo, su savia... No sabemos valorar lo pequeño, siempre andamos buscando lo grande, pues pensamos que hayando lo grande hayaremos lo mejor, pero eso no es cierto. Mucha gente se pierde las pequeñas alegrías, mientras buscan la gran felicidad, y el caso, es que no siempre se encuentra...

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