Estoy bien, hasta que llega la noche. Me quito la pintura de la cara, y la sonrisa que llevaba puesta, la guardo. Es el momento de pensar. De recostarme en la cama, y quedarme mirando al techo. Se me pasan tantas cosas por la cabeza... Muchas, entre ellas, por qué eres así conmigo, por qué la vida me trata de esta manera e incluso pienso, si lo nuestro algún día acabará. Algunas veces, me escuecen los ojos, y hasta que no suelto las lágrimas que no quiero que caigan, no me paran de escocer. Pienso muchas cosas. Hasta que al fin me quedo dormida, entre pensamientos y sueños. Al dia siguiente, me levanto me pinto la cara, saco la sonrisa que había guardado y me la pongo. Un día nuevo tiene que comenzar.
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